Potrero ( http://www.elpotrero.com.ar/ y despliegue generoso
Por César Luis Menotti. El gran talento argentino, César Luis Menotti, el Flaco Menotti, a secas;
un excelente jugador en su época de jugador profesional, un exquisito del toque, que luego
fue exitoso director técnico, y ni hablar de la famosa selección argentina Campeona Mundial
en el año 1978
Argentina se fortifica como candidato desde algunas razones que no son misteriosas, tiene su base de eficacia en la técnica y habilidad de sus futbolistas. Tiene potrero y compromiso colectivo generoso en el despliegue. Se mueve con una autoridad ofensiva que cuando ataca da la impresión de que hacer un gol es tan fácil y tan natural que no necesita ni siquiera elaboración.
Frente a Corea del Sur volvió a demostrar que en posición ofensiva es capaz de minimizar al adversario. No necesita ni encontrarlo desarmado, da lo mismo si le achica espacios, si defiende con mucha gente. Lo único que necesita es la pelota y que llegue a los pies de cualquiera, no sólo de Messi. El desequilibrio podrá encontrarlo también en Tevez, o Di María, o Higuaín, o Agüero, o Milito e inclusive Maxi Rodríguez, con el respaldo de un enorme jugador como Mascherano.
Aun en los momentos en los que no juega bien, que no se encuentran o sufre algunos desórdenes defensivos o no encuentra la elaboración fina, cuando ataca el gol parece una tarea fácil y lo encuentra generando miedo e impotencia en el adversario.
No lo domina al partido, no encuentra quizá la pausa o la participación de sus defensores que le de superioridad numérica en la tenencia de la pelota. Pareciera que no le hace falta, se hace eficaz por ser vertical, punzante. Su estrategia no es rebuscada, es sólo habilidad y técnica. No deslumbra, de pronto se desordena y lo resuelve desde la capacidad individual. Diría que se nota en la relación con la pelota, en la picardía del jugador, en la genética diferente y cuando esto se respeta juega por momentos bien, por momentos no tanto, pero se impone un estilo.
Se me ocurre una respuesta a la acción que derivó en el gol de Corea. Sin ánimo de caer sobre Demichelis, algo que quiero dejar bien en claro, sostengo que de espaldas se juega a un toque, no como una obligación sino como una idea. Cuando un compañero recibe de espalda tenemos que facilitarle jugar a un toque. Dos toques, es decir control y toque, es el tiempo que necesita el adversario, es invitarlo a recuperar la pelota.
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