El debut de Martín Palermo como entrenador de Godoy Cruz tuvo un sabor agridulce, porque el equipo mendocino cortó este sábado una racha de cuatro reveses consecutivos, pero llegó a nueve partidos sin ganar, tras empatar 0-0 con Quilmes. La influencia de Palermo sólo se notó en la intensidad con que el equipo presionó durante la primera parte, porque Godoy Cruz continúa siendo el mismo de siempre, ése que carece de actitud y padece grandes problemas a la hora de crear juego.
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