En el estadio Metropolitano de la ciudad venezolana de Mérida, el equipo dirigido porEdgardo Bauza consiguió un agónico empate por el gol de Nicolás Otamendi a los 37 minutos del segundo tiempo, mientras que el primer descuento fue convertido por Lucas Pratto a los 13 de la parte final.
Argentina comenzó perdiendo por un golazo de Juan Pablo Añor a los 34 minutos del primer tiempo y luego amplió Josef Martínez, a los 7 del segundo, pero cuando se llevaba una derrota justa reaccionó y aprovechó las desatenciones del local, que vio escapar su primer triunfo en estas eliminatorias.
En el segundo partido del Patón Bauza al frente del equipo y el primero sin el capitán y máxima figura, Lionel Messi, Argentina no pudo superar el desafío que significaba defender la punta que había alcanzado luego de la victoria sobre Uruguay, pero demostró al menos un espíritu competitivo que lo llevó a conseguir un punto fuera de casa.
El plan de Bauza para no sentir la ausencia de Messi no se cumplió dado que Lamela, su reemplazante, y Banega, quien ingresó por el expulsado Dybala, no lograron darle posesión de la pelota al equipo y tampoco consiguieron romper la doble línea de cuatro que propuso el rival.
Venezuela planteó un partido completo e inteligente, pero no pudo cerrar el encuentro en el peor momento de Argentina y permitió seguir con vida a una potencia que, sin jugar bien, pudo encontrar la igualdad aún sin generar volumen de juego.
La idea ofensiva no funcionó pero tampoco el sector defensivo se salvó del mal partido, dado que Rojo y Otamendi fueron protagonistas en los goles venezolanos con errores. El lateral izquierdo, que regresaba al equipo titular tras cumplir la fecha de suspensión, tuvo una floja respuesta en la jugada previa al golazo de Añor.
Otamendi, en tanto, perdió con Rondón en la jugada que terminó en el gol de Martínez, con amague y definición con clase ante Romero, pero tuvo la fortuna de encontrarse con una pelota adentro del área para empatar el partido.
El empate le dejó un sabor agridulce a Argentina ya que revirtió un resultado y un partido que siempre se presentó complicado, pero arrancará la próxima doble fecha de octubre ante Perú como visitante, y Paraguay, como local, mirando la punta desde abajo.
Bauza tendrá mucho trabajo por delante, ya que la imagen que dejó en la mayoría de los pasajes del partido fue de un equipo superado por un rival que con lucha y velocidad igualó la diferencia de jerarquía y de posiciones en el certamen.
En un partido desprolijo, que tuvo el condimento extra de la lluvia que comenzó luego del primer gol del partido, Argentina intentó adueñarse del protagonismo, pero nunca encontró la fórmula para quebrar el cerrojo defensivo venezolano.
La defensa sufrió con la velocidad de Martínez y la potencia de Rondón, el mediocampo no tuvo recuperación ni circulación de pelota y Lucas Pratto se sacrificó como única referencia ofensiva.
La recompensa para el delantero de Atlético Mineiro, de Brasil, que redondeó dos aceptables partidos en un puesto con superpoblación, llegó a los 12 minutos cuando convirtió su primer gol con la albiceleste luego de una jugada con su sello: la peleó con los centrales y cuando definió tuvo cierta ayuda del arquero Hernández.
Este gol dejó con vida al seleccionado nacional, que aún sin lograr llevarse por delante a su rival igualmente encontró la igualdad en un córner desde la derecha enviado por Di María, de flojo partido, que encontró a Otamendi, quien desde el piso sacó un derechazo que determinó el empate.
El equipo del Patón también tuvo fortuna con un disparo que se estrelló en el palo derecho de Romero y de haber reaccionado también pudo llevarse los tres puntos.
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