MARTES 24 DE NOVIEMBRE DE 2009
NO LO VAMOS A ESCUHAR CON SU VOZ EN CADENA 3 DE CORDOBA. UN PERIODISTA DEPORTIVO: VICTOR BRIZUELA FALLECIO DE UNA ENFERMEDAD A LOS 77 AÑOS. COMENTARISTA DE LUJO, EL "NEGRO" HUMILDE, DEL BARRIO DE BELLA VISTA.
HIZO RADIO EN 1952. EL PROGRAMA "SUCESOS DEPORTIVOS"; EL MUNDIAL DE CHILE 1962.
EL 14 DE OCTUBRE DE 2009, EN MONTEVIDEO, URUGUAY.
SACÓ EL PASAJE A SUDÁFRICA 2010.
Por esos cruces callejeros casuales que siempre depara la misteriosa Buenos Aires, nos confirman la muerte de un apreciado colega, con quien hemos compartido muchos momentos importantes del fútbol, especialmente en los grandes torneos, nada menos que una de las grandes voces de Córdoba, Víctor Brizuela.
Decimos que nos confirmaron el fallecimiento del "negro" Brizuela, a los 77 años, porque cuando nos enteramos de la noticia, desde la propia provincia cordobesa y por parte de otro recodado colega con quien compartimos tantas emisiones radiales en "Palo yPalo" en los años noventa, Carlos Cerrutti, creíamos que cuando se refería a "la desaparición" de Brizuela lo hacía solamente en cuanto a que no seguía trabajando en LV3, la radio en la que se desempeñaba desde 1993, cuando en "la docta" se produjo "el pase del siglo" y Brizuela se cambió de LV2, donde había trabajado 33 años, a LV3, para formar parte de un impresionante equipo periodístico que ya copa buena parte de los taxistas como oyentes en la propia Capital Federal.
Para referirnos a Brizuela, no nos alcanzaría el espacio habitual de un artículo de un blog. Sólo con reseñar que los muchos medios cordobeses insisten en que el estadio mundialista del paraje Chateau Carreras lleve su nombre, o el cántico de las tribunas con el ya clásico "Che Brizuela", o que fue funcionario del gobierno de Eduardo Angeloz, ya nos aporta una cantidad de datos imprescindible para entender a quien se formó en el propio medio, y tenía un excelente olfato para todo lo que sea de interés popular, más allá incluso de lo que él definía como su metier, "la pavada del fútbol", dándole al deporte un lugar acaso justo, en comparación de tantas cosas que suceden a su alrededor.
Mejor contar algunas anécdotas que atesoramos en nuestro errante camino del periodismo. Un día de invierno de 1991, en un restaurante ubicado en lo alto de un edificio de la calle Vicuña Mackenna, en Santiago de Chile, y mientras los comensales de aquella mesa polemizábamos en plena Copa América (brasileños, chilenos y argentinos, todos algo alegres por la buena bebida que regaba la excelente comida), en un instante, los aplausos de alguien que tenía intenciones de hablarnos, paró aquella vorágine. No entendíamos mucho pero al levantar la cabeza aparecía, cuándo no, el "negro" Brizuela para pedir silencio y recordarnos, emocionado, que en ese momento, las 12 de la noche, pasábamos a conmemorar los 175 años de la independencia argentina, y quería aprovechar para referirse al tema. Nos pareció primero algo solemne, pero luego entendimos la misión. El "negro" aprovechó para pegarle algunos palos al embajador argentino en Chile, el nunca bien ponderado Spinoza Melo, por mantener cerrada la oficina en un día tan particular, cuando más que nunca debía estar abierta. Con los días, el polémico Spinoza, metido en cuanta fiesta había en la ciudad, solo para celebrar la obtención del título, con los jugadores allí presentes.
Otra del "negro": en la siguiente Copa América, en Ecuador 1993, en otra comida, a pocos metros se abrió la puerta del ascensor, salió del mismo nada menos que Julio Grondona, y desde lejos observamos que tambaleaba. Simplemente, se había agarrado con Brizuela, por viejas cuitas del campeonato local, resuelto con un extraño descenso de Talleres de Córdoba.
Así era Brizuela, sanguíneo y con esa cultura popular tan poco frecuente en los periodistas de hoy, y tan ameno para las charlas en las que en todo momento sentíamos que aprendíamos algo nuevo. Es que la palabra de Brizuela solía ser siempre la justa. Tanto, que para Córdoba bastaba con agregar, a la noticia, que "lo dijo Brizuela" para transformarse en creíble.
Esperemos poder brindar por él en el próximo Mundial, con algún vinito, tal como hicimos en Francia 1998 homenajeando al maestro Diego Lucero.
Se fue Brizuela, pero no nos lo creemos del todo. Debe haber sido alguna broma del "negro".
TRAS UN TRASPLANTE DE RIÑON, NO PUDO RECUPERARSE.
"SE VE VENIR EL GOL" , EN LAS TRIBUNAS, "CHE BRIZUELA", HACÉ LA GAUCHADA DECILO POR LA RADIO QUE ESTO ES UNA HINCHADA.
MUCHOS LO VAN A EXTRAÑAR AL QUERIDO MAESTRO, LOS SÁBADOS O DOMINGOS, O EN LA SEMANA.
A ESE NEGRO Y QUERIDO PROFESOR DE LA PRENSA.
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